Este tipo de reportajes no tiene nada que ver con las temáticas de Metal Obscura, pero quizá la cercanía de conocer a una persona que me llega al alma me ha llevado a querer mostrar un tema que seguramente va a chocar, sin lugar a dudas se trata sobre la relación de Ser o no ser Donante.
Primero deberíamos centrarnos en que consiste un trasplante se trata de sustituir un órgano o tejido por otro que funcione correctamente en una persona.
Ser donante es un acto de amor, de dar vida a alguien que la necesita o por lo menos, para mí lo es así. Un acto voluntario, solidario, confidencial, gratuito y que además no se recibe compensación económica.
En España, podemos disponer de un carné de donante, aunque tampoco es necesario. Siempre se va a necesitar que la familia acepte la voluntad de la persona fallecida ya que aun habiendo dejado constancia de ser donante y pueda o no disponer del carné de donante si la familia no acepta la voluntad de su familiar no podrán llevarse a cabo.
Existen dos tipos de donantes. Donante cadáver y donante vivo.
Soy partidaria de la donación de órganos. Creo que cuando morimos nuestro cuerpo no va a tener función alguna salvo recibir sepultura más allá no vamos a poder hacer nada más, así pues, creo que hacerse donante es el acto de vida que toda persona podemos recibir. Porque siempre puede pasarnos a nosotros, el famoso dicho “hasta que no toca no preocupa” quizá cuando nos hagamos está percepción las cosas puedan cambiar.
Durante estos días, he estado leyendo, informándome en relación a la donación de órganos y me he topado con la religión, esa maldición que parece ser que no siempre permite que donar órganos sea un acto de fe. ¿Acaso no es un acto de amor y fe poder ser parte de una persona que puede perder la vida? Dicho esto, no queda más duda que siempre debe ser un acto que una persona decida por sí misma sin que cualquier motivo más allá que su decisión pueda formar parte de esa decisión.
España hoy en día es uno de los países que más trasplantes realiza en prácticamente todo el mundo y es un paso realmente importante.
Con este pequeño reportaje de opinión personal pretendo que, si lees este pequeño texto, puedas hacerte la pregunta de si “ser o no donante”.
VALE LA PENA SALVAR VIDA. YO QUIERO SER DONANTE DE ÓRGANOS.