Masters Of The Universe: ¿El poder de Teela?

¿Los Amos del Universo?

Sin duda, He Man y los Amos del Universo es una serie que marcó a varias generaciones. Los personajes y la estética se volvieron íconos de la cultura pop; cualquiera puede reconocer al carismático Skeletor o al legendario He Man.          Con el paso de los años, la serie tuvo nuevas adaptaciones para seguir con el legado de los Amos del Universo –y para que Matel vendiera sus figuras–. Ahora, en la segunda década del siglo XXI, el mítico héroe y su némesis han vuelto. Netflix y Kevin Smith (director y guionista) anunciaron que volverían a llevar a la pantalla chica el castillo GraySkull, la tierra mágica de Eternia y la vetusta Montaña Serpiente: la Espada de Poder se volvería a alzar.

     Los fans tenían muchas expectativas y esperaban con ansias la adaptación. La nueva campaña prometía traer la vieja gloria del campeón de Eternia. Se esperaba también un discurso más adulto y una narrativa más moderna; la serie se perfilaba sumamente deseable. Finalmente, el 23 de julio de 2021, llegó la primera temporada de Masters Of The Universe: Revelation. Esta primera parte de la serie consta de seis capítulos que buscan ser una continuación de la serie original –con ciertas licencias–.

     El primer capítulo se expone con una animación de excelente calidad y un destacable diseño de personajes; puntos a favor de esta entrega. Después, viene la introducción del personaje principal de la serie, que no es el príncipe Adam, sino Teela. La compañera es honrada con el cargo de Man-At-Arms, nombramiento que se le hace por ser la defensora de Eternia, por su madurez y su liderazgo (en teoría). En seguida, está la batalla más grande que presenta la serie: un enfrentamiento entre todas las fuerzas de la Montaña Serpiente y los guerreros de Eternia. Aquí, se muestra otro de los aciertos de la serie, un Skeltor implacable y violento que busca quedarse con el poder que esconde el castillo Grayskull. Sin embargo, todo este escenario épico es un breve momento que termina con la muerte de He Man y Skeletor.

     Hasta este primer capítulo llegan los momentos destacables. Sin embargo, a partir de ese instante la serie empieza a volverse un panfleto progresista e inclusivo que no respeta los elementos originales de Masters of the Universe, la trama se vuelve un lugar común y trillad. Nuestra nueva protagonista pierde la esencia que tenía anteriormente, cuando ya era una mujer empoderada, nunca a la sombra de He Man. La nueva Teela es una egoísta a la quien no le importa el dolor de otros personajes, carece de sabiduría y está dolida porque no sabía que el príncipe Adam era He Man. Para ella, no es relevante que este se haya sacrificado por el bien de los habitantes de Eternia, lo único que cuenta es que el “patriarcado le mintió”. Más adelante, se sabe que ella se ha vuelto una mercenaria que trabaja junto a la teniente Andra, personaje que tuvo breves apariciones en cómics. A esta última se le cambia su origen étnico para cumplir con una cuota de inclusividad que se revela forzada.

     Ahora que nuestra protagonista está decepcionada de la magia y de su pasado heroico, recibe un extraño pedido que la llevará de nueva cuenta a las entrañas de Grayskull para comenzar un viaje para salvar a Eternia. Teela, Evil-Lyn y Andra parten para buscar las dos partes de la Espada de Poder, que se encuentran en Subternia y Preternia, y así forjarla de nuevo para que toda la magia de Eternia vuelva y se salve de desparecer. También se unirán Orko, Beast Man, Roboto y brevemente Duncan (el antiguo Man-At-Arms). Toda esta travesía es el escenario para que Teela continúe recordando que sigue enojada; se muestra desconfiada de la magia y se vuelve más ruda. El personaje es insoportable con su discurso velado de un empoderamiento sin sentido. Se quiere demostrar que es la mejor sólo por su actitud desafiante. Otras incongruencias rompen la esencia de la serie, como el comportamiento del rey Randor y la reina Marlena. El primero se vuelve impulsivo y pierde su empatía original; la segunda, llora todo el tiempo y no cuestiona nada al rey. Otro aspecto desperdiciado es la incursión en Subternia y la batalla de Teela contra Scare Glow. En ese enfrentamiento, la excapitana tiene que luchar contra todos sus miedos, pero la pelea resulta aburrida.

     En el último capítulo, Teela se vuelve a encontrar con el príncipe Adam, pero decide no confesarle que Eternia está en peligro sólo porque sigue muy enojada con él. Además, el guardián de Grayskull es exhibido como un completo idiota que no se pregunta por qué buscan forjar de nuevo la Espada de Poder. El rey Grayskull se vuelve morocho para que la serie se revele más inclusiva, para que, aparentemente, se reivindique a las minorías; fuera de ello, no hay ningún aporte real al personaje. Cuando el príncipe Adam decide regresar con Teela para acabar con todo el caos, es puesto de nueva cuenta como un incompetente y bueno para nada; Skeletor ataca por la espalda a He Man para por fin quedarse con el poder de GraySkull.

     La muerte de Roboto para forjar la Espada de Poder hace que este último capítulo sea rescatable. De igual modo, algunas modificaciones son interesantes, como las Evil Lyn con Orko. El sacrificio de este resulta más emotivo que la cruzada de Teela por demostrar que puede superar sus fantasmas y ser la más cool. Si otros escenarios fueran así de originales y se plantearan de una forma honesta, sin forzarse demasiado, la nueva versión de He Man sería más original. No obstante, la serie sacrifica el entretenimiento y el desarrollo de una diégesis por cumplir con los nuevos paramentos y exigencias de una sociedad moralista. Es una serie que, aunque se arriesga a algo nuevo, se queda en una simple ilusión, en un proyecto que quedó a medio camino. Es una historia que no se atrevió a buscar un lado más obscuro y devastador, que desperdicia posibilidades narrativas y un universo muy rico, y que no aporta nada significativo a la trama original.

     En suma, la serie no es lo que se prometió en su publicidad; es un producto que busca cumplir primero con las cuotas de inclusividad y aniquila la esencia de la serie. Aunque se pueda pensar que la versión original era pésima por el formato de narración y el discurso moralista, la realidad es que estuvo a la altura de su tiempo. Los fans no esperaban que se repitiera la fórmula, sino que se desenvolviera una nueva y emocionante  aventura de He Man con base en un desarrollo más moderno. Master Of The Universe es una entrega mediocre que busca quedar bien con las nuevas generaciones y que toma una pequeña dosis de nostalgia para que Matel venda sus figuras de acción. Sin dudas, es una serie que dividirá opiniones, algunos la amarán y otros la odiarán. Por el momento, habrá que esperar la segunda parte y ver si la serie explorará otros aspectos narrativos que conquisten la atención del público.

 

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