MOTÖRHEAD eran toda una declaración de intenciones con su SOMOS MOTÖRHEAD Y TOCAMOS ROCK ‘N’ ROLL fue una de las primeras veces que pude ver a la banda en directo, a aquel LEMMY KILMISTER al bajo de color marrón y esas botas camperas normalmente blancas te dejaban claro que aquel hombre te iba a ofrecer un show brutal. Y así era, siempre salías con una sonrisa con ganas de repetir una vez más.
LEMMY fue y será siempre una leyenda, especialmente desde su fallecimiento que ya venía dando la lata con una salud debilitada hasta cumplirse el trágico desenlace por los excesos de unas largas décadas, aunque siempre han sido y será el sello LEMMY KILMISTER.
MOTÖRHEAD no era precisamente una moda, no seguía un prototipo de metal, seguía su rock ‘n’ roll acelerado marca propia de la legión del heavy metal con el que se ha sabido mantener a lo largo de toda su historia.
En 1977 MOTÖRHEAD debutaba con su álbum homónimo y unas bases firmes y ya a sus 30 años y una extensa trayectoria por bandas locales entre ellas HAWKWIND. Cuatro décadas de MOTÖRHEAD, 22 discos de estudio, directos, giras sin descanso por todo el mundo con paradas en la península donde personas como yo, podían disfrutar de esos alucinantes conciertos que te daban la vida y te la quitaban en esos precisos instantes.
El 23 de diciembre cumplió 70 años de 2015 y a los pocos días llegaría el fatídico desenlace donde la leyenda se hacía eco en el reino de los cielos para la voz del trueno del rock ’n’ roll aunque se molesten siempre a llamarlo heavy pero no, lo suyo era el rock ‘n’ roll a martillazos pero rock ‘n’ roll del duro con fuertes dosis de speed empapando en alcohol y nublado por el humor por el que siempre era acompañado, sus dos fieles compañeros de viaje.
