Wormrot, procedentes de Singapur, se hicieron famosos hace tiempo por una curiosidad bastante atípica: su fan número uno era una cabra. En serio. Una cabra que iba a todos sus conciertos y estaba siempre en las primeras filas. Para muestra, una foto:
Lamentablemente hace un par de años, Biquette, que es como se llamaba la cabra, falleció. Tras un prolongado luto, acaban de sacar un nuevo disco, Voices, del que voy a hacer un resumen rápido para a continuación entrar en detalle. Estamos, siempre en mi opinión, ante mejor el disco grindcore del año. Wormrot han adelantado furiosamente a grupos que también han sacado disco en el 2016, tan establecidos como Nails o Rotten Sound. Y les han quitado las pegatinas en el proceso.
Manteniendo el esquema ya clásico en el grindcore de un trío consistente en Arif como cantante, Rasyid a las guitarras y Fit a la batería, nos dejan bien claro en Voices que se puede hacer muchísimo ruido con sólo tres personas. Curiosamente el mismo esquema que tenía Discordance Axis, quienes creo que han influenciado en gran medida a Wormrot.
En Voices se van turnando canciones tanto de grindcore clásico como de ese tan especial que desarrollaron Discordance Axis en su inolvidable The Inalienable Dreamless. Wormrot ejecuta a la perfección la friolera de veinte cortes entre los cuales tenemos incluso dos veces el obligatorio tema de menos de 10 segundos en Dead Wrong y Still Irrelevant.
En la parte clásica, aparecen trituradoras sónicas como Fallen Into Disuse, Forced Siege o Defaced. Las canciones influenciadas por Discordance Axis o Gridlink, que no copiados, los tenemos en God’s In His Heaven, Shallow Standards –una de mis favoritas– o Exit Fear. El principio de Hollow Roots incluso me recuerda a los increíbles Converge.
Si eso lo sumamos a que Wormrot incluyen un par de temas lentos, nos encontramos con que Voices es tremendamente variado, y no sufre del problema principal de estilos tan extremos como el grindcore o el brutal death, en los que es difícil que unas canciones despunten por encima de otras, ya que suenan todas muy similares, por no decir iguales. Eso además termina provocando que un disco acabe siendo aburrido, y a las dos o tres escuchas acabe en el olvido.
Pues señores/as, esto con Wormrot no pasa. Lo he disfrutado al máximo, así que lo recomiendo sin dudarlo un momento. Y si además os gusta el grindcore, ya estáis tardando en darle una oportunidad a este combo de Singapur.
Descansa en paz, Biquette, nunca te olvidaremos.