Era el año 2013 cuando se transmitió por primera vez el episodio de How I Meet Your Mother titulado The Bro Mitzvah, en el que se expuso en modo de broma una lectura distinta de Karate Kid: Daniel-san era el villano de la película. Este mensaje tuvo tanta repercusión que mucha gente revisitó la película y los creadores de contenido comenzaron a respaldar dicha línea de pensamiento; incluso en Community se atrevieron a presentar su interpretación en la que el verdadero protagonista era el Señor Miyagi porque se trata del personaje más profundo.
Primero debemos considerar que Karate Kid fue lanzada en 1984, una época en la que la guerra fría seguía en pie y el mundo podía ser dividido en blanco y negro. Incluso películas críticas como Rambo tornaron su crítica inicial en el esquema de malos muy malos y buenos muy buenos. La historia contada desde la perspectiva de Daniel-san muestra a personas que solamente puedes encasillar en uno de los dos extremos. Se trata de un producto de su tiempo, de un mundo muy distinto al de hoy. Es justamente al verlo con los ojos de ahora que se pueden plantear preguntas de las que dábamos por sentado las respuestas.
Después de la caída de la URSS se terminó esa división de dos colores, pero los problemas seguían existiendo. La diferencia es que no había un villano claro, no había otro mundo al cual tenerle esperanza o al cual odiar. Durante algunos años esa visión fue prácticamente ignorada por la industria del cine y la televisión. Pero en estos días han comenzado a surgir series en las que los personajes son cada vez más complejos, los villanos han cambiado incluso en productoras tan conservadoras como Disney y sus películas de súper héroes que nos presentan, a veces, a quienes tienen un buen objetivo pero siguen un camino errado. Incluso se retomó She-ra para dar como resultado una de las mejore series animadas estadounidense desde Avatar. En este contexto surge Cobra Kai, La continuación oficial de las películas de Karate Kid que actualmente se puede disfrutar en la plataforma de streaming Netflix.
En 2018 Youtube, en su sección Premium llamada Red, estrenó Cobra Kai, comprada recientemente por Netflix para su transmisión y producción. La serie retoma la historia de Daniel LaRusso y Johnny Lawrence años después del torneo; pero esta vez el viejo villano es el protagonista. Esto se aprovecha para profundizar en sus razones y conocer su versión de la historia. Gracias a esto dejamos de ver a Daniel como un héroe víctima de un bullying injusto y a Johnny como un bully que es así por naturaleza; en realidad tenemos un conflicto de adolescentes en el que ambas partes son culpables y tienen razón en algunos y otros aspectos. La serie mantiene esta estructura en la que los personajes tienen fallas al intentar hacer lo que ellos creen lo correcto e incluso cambian según aprenden con el paso de los episodios y según se enfrentan a un mundo distinto.
La historia es el renacer del dojo Cobra Kai con lo que Johnny busca encaminar su vida al ser el sensei de Miguel, un joven ecuatoriano víctima del bullying en su escuela. Pero no es tan simple como ponerlo en el rol de Miyagi; aquí tenemos a un hombre que fue educado por figuras paternas abusivas y que busca transmitir algo distinto sin saber cómo salir del ciclo de abuso que vivió desde niño. Por su parte Daniel trata de evitar que el objetivo de Johnny se vea frustrado por diversos medios que lo llevan a fundar su propio dojo.
Esta rivalidad funciona como el conflicto principal y como contexto para el drama adolescente que viven los alumnos e hijos de los rivales protagónicos. Si bien hay personajes que pueden levantar más simpatía que otros, al conocer el origen de la mayoría de ellos podemos comprender el comportamiento de muchos de ellos por lo que no podemos señalar a nadie de ser malo. Esto no impide que las rivalidades formadas sean interesantes, de hecho son bastante más entretenidas que en las películas originales al punto de llegar a problemáticas tan complejas que solo se pueden explicar narrando toda la serie e imposibles de entender sin conocer las motivaciones de los personajes. Todo esto sazonado con coreografías de pelea muy bien logradas.
La serie es muy recomendable, pero no se debe esperar recibir lo mismo que en las películas. Lo que se tiene es una revisión actual a algo viejo, por lo que si se ve con una postura cerrada va a ser difícil de disfrutar. Por el contrario, es excelente para que los jóvenes se introduzcan a la franquicia, pues aun cuando se revela el pasado, lo hacen para despertar el interés de ver los filmes, incluso a quienes ya los conocen, gracias a la nueva perspectiva que se presenta.