Revenge desata el caos en su nuevo disco : Reseña de Strike.Smother.Dehumanize

 

Este 2020 Revenge, banda de culto de Canadá, ha presentado su nuevo material: Strike.Smother.Dehumanize, su sexto álbum de larga duración y el segundo LP lanzado con el mítico sello Season Of Mist.

Revenge es una agrupación con una trayectoria de 20 años, 6 LP, 4 EP y un Split con Black Witchery. Asimismo, es un proyecto comprometido totalmente con su ideología, no por nada se define como una banda Chaos Black Metal. La alienación está compuesta por un J. Read y Vermin. Read es conocido por pertenecer a Black Witchery, Death Worship; además, participó en el legendario Conqueror con su actual compañero, Vermin(éste sólo colaboró en presentaciones en vivo). Read es el baterista y la voz en estudio, pero en los shows, Vermin toca la guitarra y hace la labor de cantante. Además, en los conciertos cuentan en el bajo con la participación de Hassiophis, quien también colaboró en las actuaciones de Conqueror y actualmente es miembro de bandas como: Amphisbaena, Antedeluvian, Black Death Cult.

Su postura es extrema, ellos no ceden ante presiones, influencias externas o cualquier otra situación. No es una banda que puedas encontrar en festivales ni jugando a ser rockstars. Revenge es un manifiesto sobre el caos, el odio y nihilismo. Son escépticos ante la hermandad entre bandas y la escena es una mera banalidad, desde su postura. Los canadienses se centran en crear un arte caótico, desafiante y sin misericordia. Para ellos no existe el remordimiento, sólo el cuestionamiento y la crítica de una sociedad hipócrita y superficial.

Strike.Smother. Dehumanize es un trabajo compuesto en su totalidad por J. Read, las letras y la música son la total representación de su concepción artística. Vermin grabó las guitarras y el bajo, pero no tuvo un roll activo en la composición.

En primera instancia, escuchamos un disco directo, en cual la producción es orgánica, no es un trabajo con retoques ni arreglos. Strike. Smother.Dehumanize es un álbum crudo y directo. Desde los primeros momentos las ráfagas de caos se impactan en el oyente.

El disco abre con Reaper Abyss (Real Rain), una canción feroz y vertiginosa. El ambiente caótico se abre para una experiencia abrumadora. La batería de Read es demoledora y los solos furiosos de Vermin parecen rápidos y certeros cortes. Las voces resuenan con un odio que comienza penetrar la piel. Ciertamente, un gran inicio que te invita a sumergirte en el caos.

Revenge vuelve a atacar con Reing in Power (Above All Born), la velocidad sin misericordia sigue presente; las voces se conjuntan de una manera magistral con los riffs de la guitarra. Rápidos y breves cambios de ritmo golpean sin tiempo para respirar. De nueva cuenta, Vermin ejerce pequeños cortes quirúrgicos; demuestra lo siniestra y afilada que es su hacha. Una canción breve, pero contundente.

Lo siguiente es Oath Violator. La pieza tiene un inicio a medio paso, con un olor a un podrido death metal, pero en cuestión de segundos la masacre y el vértigo se desatan de nueva cuenta; todo se tiñe de negro. Gruñidos, que parecen venir desde una caverna, guían a su oyente a un viaje de catábasis. Un breve momento en la obscuridad nos regala un bajo potente y distorsionado. Los golpes de batería se postran como tambores de guerra. El caos está desatado; viene por revancha. Después tenemos un lapso lento y lúgubre, con riffs que golpean como si fuesen la marcha de un ejército. Sin duda, una de las mejores canciones, en la cual se puede sentir todo el poder de Revenge.

            Posteriormente, llega Salvation Smothered (Genocide of flock). Un obscuro inicio se hace presente. La guitarra se retuerce como la premoción de un destino inevitable; la metralla explota, pero nos lleva hacia un ritmo más lento, no obstante, esto es sólo un segundo. La batería vuelve a la carga, es como un animal frenético e impredecible. Más adelante tenemos los tientes de un death metal a medio paso, un momento de reposo para así poder llegar a la máxima locura de la canción.

           Ahora, nos encontramos en el in medias res del álbum. La canción que está situada aquí es Human Animal. La composición sigue la misma línea, la inclemente velocidad y los momentos cavernosos no sueltan al oyente de este infierno sonoro. Lo que hay que resaltar es la gran potencia de la batería de Read. Sin ser un baterista técnico, hace gala de un instrumento bien ejecutado, que realmente se luce en cada golpe. Además, Vermin sabe crear anárquicos solos en los momentos justos. Los canadienses saben demostrar sus experimentados colmillos.

                El próximo tema en aparecer es Excomuniation. El track se manifiesta con un riff lento y rasposo. La canción se desplaza entre ritmos veloces y pegajosos compases a medio tiempo. Aquí, hay momentos muy en el sentido del hardcore.

                El sexto golpe lleva el nombre de Ligthtninig Mythos. Un tema totalmente vestido de negro. La velocidad es arrolladora y no hay momentos de sosiego. La sentencia de los canadienses es que la locura está desatada; no hay punto para volver atrás. Luego la rapidez se rinde. Una marcha golpea sin clemencia mientras Read escupe blasfemias con un tremendo odio que se vuelve un veneno que entra por los oídos. Aquí, en un demente torbellino, Vermin ejecuta uno de mejores solos del disco: furioso y enmarañado. Este segmento del disco nos lleva a una violencia que se torna adictiva.

Self Segregation (System Torche) llega con un guitarra certera y filosa; la batería se une para machacar la poca sanidad mental que le queda al oyente. Momentos lúgubres y violentos fluyen como si fuesen un río de resentimientos. Los riffs se tornan como cuchilladas exactas. Sin duda, los sucios pasajes de la guitarra de Vermin se lucen en una Danza Macabra para después escupir un trastornado solo. Lo que aquí se conjuró fue una verdadera joya del caos.

Como víspera del final llega Death Hand (Strike Dehumanization). Composición que muestra uno de los momentos más brutales en la voz; asimismo, desde los primeros instantes las cuerdas de Vermin se returcen en feroces aullidos. El camino labrado aquí, es como un bombardeo, en el cual nadie tiene escondite.

                El gran final es presentado por la imponente Apostasy Imposed (Takeover Mode). Un comienzo lento y siniestro nos envuelve mientras la voz se muestra más deshumanizada. Momentos del caos más puro son impactaos. La rapidez de poderosos riffs y ritmos cadenciosos se convierten en una dulce ponzoña. Revenge se vuelve una fuerza que va aniquilando todo a su paso. Esta canción es la representación de una guerra donde el odio y la locura son los vencedores

36: 42 minutos de un titánico caos. Strike.Smother.Dehumanize es, sin duda, un gran trabajo, en el cual se demuestra que Revenge ha vuelto con más odio que nunca. Aquí, se reafirma que la unión con Season of Mist fue una gran decisión. El álbum tiene una producción cruda, pero una excelente calidad, la esencia de la banda se mantiene, las canciones son contundentes y la propuesta expuesta llevará a los fans a un brutal viaje sonoro.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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