La coronación del dragón
Tu honor, tu nombre y
tu gloria perdurarán eternamente.
Virgilio
México Black Metal Fest se ha convertido en uno de los festivales nacionales más importantes para el underground, pues en sus dos primeras ediciones dejó en claro su profesionalismo y su empeño en ofrecer eventos de calidad. Ahora, el 21 de octubre de 2023 se ha realizado su tercera edición en el HDX Circus Bar de la CDMX y en Metal Obscura te narraremos nuestra visión sobre la coronación del dragón.
Era medio día, el pavimento exhalaba el añejo olor de la urbe y el abraso del cielo hacia transpirar los sueños de los transeúntes. Nosotros íbamos en una vieja carreta comunitaria de lámina que atravesaba la desgatada avenida Cuitláhuac, debido a que nos dirigíamos a una cumplir una misión que era ver cómo un dragón alzaría su vuelo.
Llegamos alrededor de la una de la tarde al recinto que albergaría el ritual, es decir, el HDX Circus Bar, que se ha transformado en un nuevo templo para la escena metalera. Nuestro acceso fue rápido e inmediatamente nos instalamos para ser testigos desde el alpha hasta el omega, ya que siempre estamos comprometidos con nuestra labor y no somos como aquellos medios que se jactan de ser el número uno, pero sólo son la suma de la mediocridad.
En la espera del comienzo, pudimos ver los preparativos finales y observamos sin máscaras a unos embrujados que serían parte crucial de la coronación. Personas iban y venían para que todo que todo estuviese listo para que la ceremonia arrancará en el tiempo pactado.
La tarde abrió su vientre con acero negro y una jauría irrumpió con la ferocidad de un viento infernal. Los ojos del dragón aparecieron para mirar el escenario; además, escuchó atento los aullidos y dio la bienvenida a los primeros aventureros. La mordida Huargos fue directa y letal; asimismo, su temple fue heroico y su presentación tan voraz como la embestida de un lobo. De esta manera, el ritual del dragón abrió.
Poco a poco las almas se adentraban en el santuario y el fuego se atizaba; por consiguiente, los primeros elixires llenaron las gargantas. En breve, un trueno con intenciones vengativas golpeó el altar; una voz retumbó como si fuese un cañón mientras una guitarra y una batería originaban ritmos galopantes y entrecortados. Call For Revenge estaba presente para rendir su tributo al soberano de ese día. Riffs empapados de odio y coros que expulsaban resentimiento anegaron el HDX; como resultado, el tirano sonrió y sus discípulos aplaudieron.
A continuación, Naastrand se irguió en el tabernáculo; disparó con toda la eficacia. Una guerra dio principio; la agrupación dejó salir toda la metralla en sus riffs; no hubo misericordia. Asimismo, la batería avanzó al corte marcial del caos y una voz cubierta de ecos de batalla derramó la sangre en reverencia al dragón; por otro lado, la masa respondió con ímpetu; saludó con respeto al grupo de CDMX.
Los granos del reloj cayeron rápidamente mientras la fogata crecía. Los ánimos palpitaban y con este paisaje Dark Matter llegó desde León. Un olor de distopia se impregnó en las paredes; igualmente el aleteo de la bestia se sintió. Trazos de sombra fueron expuestos con guitarras de antifaz melancólico; por otro lado, un bajo profundo y una batería cabal construyeron una pared de lamentos que parecía inamovible. Además, el matiz tenue de una voz vertió versos furibundos sobre el sentir de la existencia y dolor de ser entre la nada. Por consiguiente, el dragón rugió y la masa encendió antorchas con sus gritos.
La noche trajo consigo un gremio de figuras fantasmales que asieron el sagrario para proclamar la gloria de Satán. Desde Sonora Capricornus Tenebrarum comenzó su profana eucaristía. Guitarras tan siniestras como el canto del caído convocaron los cuernos que se alzaron instantáneamente. Además, una voz que parecía una bestia salida de una caverna se impregnó sobre los pechos al ritmo de los pasajes anochecidos que eran coloreados por una batería bien equilibrada que golpeaba como martillo y al mismo tiempo como un tambor funerario. Capricornus Tenebrarum se retiró con la honra de una actuación descollante.
El reloj corría sin detenerse y el recinto se achicaba ante la llegada de más feligreses Las pieles comenzaron a chochar y la atmósfera parecía el hocico del dragón. La masa estaba expectante ante lo que venía; de repente, las luces golpearon; un hoyo negro se abrió ante guitarras que delineaban las estrellas. El dragón abrió las alas para mostrar los misterios del abismo; como resultado, Imperialist aterrizó desde california para llevar a los discípulos por un viaje hacia la profundidad de las nebulosas.
Acordes disonantes resonaron junto a una voz que esputaba cometas; además, una batería replicaba como el sonido de una vetusta batalla de una galaxia olvidada. El público tomó las vestimentas de cosmonauta; partió con Imperialist hasta lo más más arcano del espacio.
Seguidamente, la noche se tornó más inquietante; como resultado, Luciferian Rites desató a los espectros. Como señores nebulosos estrujaron el escenario con blast beats adornados de melodías grandilocuentes. El dragón observó satisfecho el rito de cólera desatado por los oriundos de Tamaulipas.
Hasta este momento, todos los asistentes parecían estar satisfechos. Todas las bandas estaban sonando bastante bien en general; no obstante, pudimos percibir mínimos detalles en las ecualizaciones que fueron resueltos sin problema. Globalmente, todo estaba en su sitio y sin complicaciones. Cervezas en mano y corazones latentes por el embrujo del dragón, todo se enfilaba a una noche de gloria.
Murmullos entre las sombras trajeron a un antiguo mal; guitarras iracundas retumbaron desde el pasado; sin embargo, su intención era gobernar el presente, así Avzhia tomó su trono y la fuerza del centelleo del dragón para incendiar todo a su paso. La veterana banda se impuso como un sacerdote que dio un sermón de guitarras expertas, un bajo fúnebre y una batería soberbia. Como consecuencia, Avzhia mostró que su flama sigue ardiendo.
Posteriormente, una serpiente miró a los discípulos del dragón; clavó sus colmillos e inyectó su veneno; en consecuencia, los puños se alzaron al aire para recibir una serie de riffs que abrieron la carne de los feligreses. Sin clemencia la banda de Bélgica dio una imponente presentación que llenó de vigor los pechos. De esta manera, Serpents Oath exhortó a los fieles a seguir con pie firme en la danza de la muerte.
Demonios, bestias y espectros habían rondado el templo; sin embargo, ahora la presencia de antiguas deidades sacudía el altar. Como sacerdotes de lamentaciones, Black Hate tomó su lugar como una tempestad desatada. Guitarras de misterios primordiales eran conducidas por una monstruosa batería y un bajo que respondía con ciclópea presencia. Asimismo, la voz de Ikannuna parecía moverse entre mundos para abrir puertas y que los sueños del pasado se remontaran al presente. Las pieles del culto fiel se erizaron ante los sumos sacerdotes que rompieron el velo de las realidades para exponer una verdad más allá del subconsciente. Como emperadores y señores de la noche, Black Hate cumplió con creces e hizo que el dragón escupiera su fuego.
La ceremonia casi terminaba; no obstante, todavía había mucho ardor y el templo tenía que volverse ceniza. El tiempo avanzó; los señores del embrujo subieron al escenario para entregarse totalmente al culto que los aguardaba. Por consiguiente, riffs fueron lanzados con poderío mientras las cabezas se agitaban al ritmo trepidante de unas guitarras cristalinas que dibujaban el vigor de la naturaleza. La masa gritó ante los hechizos melódicos de notas que ardían dentro de los corazones.
UADA, sin lugar a dudas, demostró porque es una de las bandas contemporáneas más importantes, ya que su presentación conjuntó un halo épico, energía desmedida, claroscuros sonoros y una ejecución contundente. Aspectos que hicieron que el público se entregará totalmente al ritual.
El final era inminente, pero aún faltaba que las alas del dragón trajeran al reino de la muerte. Los gélidos vientos de Noruega soplaron y una introducción lenta amenazaba como preludio de una conclusión demencial, así Dødheimsgard desató una tormenta que rugió como miles de truenos. La leyenda estaba presente; los discípulos del dragón escucharon atentos. Vicotnik se mostró entusiasta y tomó la batuta como un director de orquesta para presentar una sinfonía de locura en un recorrido por toda su historia musical. Crudeza y violencia fueron servidas junto a la elegancia y delirios sonoros.
Laberintos intrincados, pasajes industriales e himnos negros fueron recibidos por un público que bebía de la ambrosía ofrecida por Dødheimsgard. La fiereza y sofisticación bailaron en conjunta armonía mientras Vicotnik se entregaba a la locura. Su silueta estuvo presente por todas partes del escenario y más allá. Su voz fue como canto heroico, el sueño de un demonio y la sabiduría de un filósofo. Debido a esto, los labios de todos rugieron con el nombre la banda. Ante esta situación, Vicotnik decidió que tocarían dos canciones más para hacer arder el HDX hasta las cenizas. Como resultado, los feligreses se entregaron a la parte final del ritual y ovacionaron a los noruegos; asimismo, la agrupación agradeció al público y a la organización del festival.
Así llegó el ocaso; el dragón se coronó con la máxima gloria. Las flamas despuntaron como signo de un festival que se lleva el máximo honor y por su entrega, su nombre perdurará.
En suma, pensamos que la realización del festival fue llevada de manera excelente y que el proyecto es algo que debe continuar. La profesionalidad y pasión de los organizadores se vio reflejada a lo largo de todo el día; asimismo, cada banda dio grandes presentaciones.
Por parte de Metal Obscura agradecemos todas las atenciones y reiteramos nuestro apoyo al proyecto; esperamos más ediciones de esta excelente propuesta.