La capital de la densidad arde: Crónica de Doom City
Texto de José Juan Garnica Flores
Sábado por la tarde, se antoja reunirse con los amigos. Este es el lugar indicado, la ex fábrica de harina nos abre las puertas para disfrutar de un festival que se realiza por y para amigos tanto viejos como nuevos.
Doom City se dividió en dos escenarios “LSDR” y “Sangriento”, los cuales presentaron a grandes bandas del género, todas con una altísima calidad y grandes propuestas.
Cada grupo nos compartió presentaciones memorables dentro del marco de un festival bien organizado, que llevó los tiempos como una máquina bien aceitada.
Doom Fest nos demuestra que se pueden hacer las cosas desde el corazón y hacerlas bien, desde la curaduría de las bandas, sus presentaciones, el staff y el trato amable de todos los involucrados. Este festival es un acontecimiento que se queda en el pecho de los asistentes.
Desglosar las cada una de espectaculares actuaciones sería eterno; sin embargo, lo que puede englobarse es que quedarán en la memoria y serán un recuerdo perpetuo en los latidos de todos aquellos que se adentraron en la ciudad imperecedera.
No tengo más que decir, sólo agradecer y ofrecer un gran aplauso a las bandas, a los organizadores y a los asistentes a este enorme festival que se sintió como una gran reunión de viejos y nuevos amigos.
Larga vida Doom Fest.