La belleza de la turbulencia: VOLA en CDMX

Foto de José Juan Garnica Flores

La belleza de la turbulencia: VOLA en CDMX

Fotos de José Juan Garnica Flores

El jueves 4 de abril, asumimos la misión de capturar en imagen y palabra la primera visita de la banda danesa, VOLA, a México. Recibimos nuestras directrices; comenzamos las maniobras. Cruzamos el vientre congestionado de la metrópoli surreal y llegamos al Supremo, lugar elegido por Cacique Entertainment para que ocurriese el vuelo nocturno.

A las 19:00 horas, accedimos; un cubil sumergido entre luces rojas y azules nos recibió como si fuese la entrada a un onírico laberinto. Asimismo, presenciamos como los tripulantes se asían a sus lugares poco a poco.

Unos minutos después de las ocho, la primera parte de la jornada comenzó con Nexus como guía. El vendaval se levantó con guitarras suntuosas, un bajo y una batería rigurosos como empeñadas manecillas. Por otro lado, una voz emotiva sumió a los navegantes en un estremecedor delirio de pasajes intrincados y notas palpitantes. Riffs nostálgicos se propagaron por el recinto como una lluvia de sentimientos agridulces. De esta manera, la agrupación mexicana cumplió con creces su papel en la primera parte del viaje.

Foto de José Juan Garnica Flores
Foto de José Juan Garnica Flores

La tripulación quedó en vilo ante la primera escala y esperaba ansiosa por emprender el ascenso. La obscuridad cayó sobre el público, pero en un respiro la luz se presentó y trajo consigo una figura solitaria que exhaló versos de porcelana con la advertencia de turbulencias. El público reventó en un grito; Ansger Mygnid respondió con sonrisas; así, VOLA comenzó el vuelo con su tripulación mexicana.

El firmamento se abrió mientras escalofríos subieron por la piel; además, el pensamiento incesante de una vida más allá de las estrellas se impactó en los pensamientos con notas brillantes y atmósferas de delicada belleza. Sumado a esto, interludios reflexivos danzaron como astros ardientes en una complejidad que se extendió como un capricho borgeano.

La travesía continuó con un público cautivo ante la experticia de la banda danesa que avanzaba entre nubes de sosiego y truenos refinados. Momentos de complicidad quedaron enmarcados con manos al aire como si fuesen promesas volando y voces que sonaron al unísono quedaron enmarcadas en el éter por toda la eternidad. Sin embargo, toda jornada tiene un final que da paso a un nuevo comienzo; de esta manera, VOLA llevó a los tripulantes al sueño más alto donde los pensamientos están indefensos y la furia interior se desborda. Finalmente, el ascenso terminó y los viajeros dieron la merecida ovación a los daneses.

Foto de José Juan Garnica Flores
Foto de José Juan Garnica Flores

Agradecemos las atenciones a Cacique Entertainment, Cigarroa Medios y Talent Nation.


 

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