Sí, el año 2000; año de ojeriza, temeroso del inefable milenarismo, pero sobre todo año del lanzamiento de discazos tan deathmetaleros -y blasfemos- como el que aquí nos concita. IMMOLATION por esas fechas contaba con Alex Hernández como baterista, Wilkinson junto al poseído Robert Vigna a las guitarras, y comó no, la melenaza del death Ross Dolan a la voz y bajo.
«Close to a World Below»1 sería la despedida por lo alto del sello Metal Blade, dejando para la historia tres discos de auténtico culto. La portada era impactante -no así el insípido logo- y corría a cargo de alguien recurrente, tanto en sus discos como en la escena metal: el artista Andreas Marschall. La obra del alemán resume perfectamente el contenido del disco, una total e infernal vorágine anticristiana. En contraportada la silueta de una paloma blanca con un sangriento disparo lo remarca.
Pasando al aspecto meramente musical, si el himno antinazareno de su obra precedente «Failures for Gods», era el temazo No Jesus, No Beast; en «Close to…» la herejía máxima se llama Father, You’re Not a Father; y no tiene nada que envidiar a su predecesora. Hit descomunal que, como todas las pistas del disco, se ve beneficiado bajo mi punto de vista -no todo el mundo está de acuerdo- por una producción más nítida y potente que el «Failures…». Sí hay que reconocer un poco menos de oscuridad pero, llegados a estas cotas, vamos ya bien servidos de ella.
Es un disco para disfrutar y descubrir. Se intuye desde el primer trallazo Higher Coward, el impío maremagnum death contestatario al que vamos a someternos. El tercer tema Furthest From the Truth, es un compendio de maestría guitarrera Shred de Vigna y los fingidos diálogos negacionistas de Ross Dolan. Y es que por momentos con tanta retórica, la parte letrística parece más una ópera infernal que un álbum de metal; esto con los años se ha convertido en santo y seña de IMMOLATION, una referencia contra el adoctrinamiento de las religiones en general. Además al contrario que a otros vocalistas del palo, Dolan es inteligible y su blasfémia más evidente aún.
Instrumentalmente sobresale el trabajo de las guitarras y el elevado volumen de la batería, dejando las lineas de bajo en un delicioso limbo sonoro. Alex Hernández deshace los platos con maestría y mantiene un medio tiempo rápido sin hacer muchas concesiones a blast beats, salvo contadas ocasiones (véase Furthest From the Truth). La séptima pista Put My Hand in the Fire es otro ejemplo de los singulares y característicos riffs made in Immolation; Vigna se luce de nuevo.
Y no podía faltar el tema final introspectivo (o mejor ¿Outrospectivo?) «Close to a World Below», que da título al disco, con duración casi doomster de ¡8 minutos! Acaba con una melodía lastimera que se pierde en un decrescendo enfermizo. Perfecto final para un disco, sino obra maestra como sus dos antecedentes, sí excelente en todos sus aspectos; una aplastante pieza de death metal ante todo oscuro, irreverente, que no pierde la elegancia técnica en ningún momento y que de hecho será superior a su postrer creación «Unholy Cult».
Con los años, gracias entre otras cosas a este trabajo, IMMOLATION se ha consolidado como una de las bandas más estables y respetadas del panorama extremo. Mi admiración por ellos; sobre todo, por defecto profesional, hacia el carismático Ross Dolan, todo un ejemplo a seguir como vocalista; aunque cualitativamente estoy tan lejos de sus registros como de su metro veinte de melena. Pero no desespero en ninguno de los casos; y es que, en Turquía hacen milagros.
1Como curiosidad en «Failures For Gods» (1999), debajo del porta cd, podemos ver escrito: «Close to a world below»; ni más ni menos que IMMOLATION anticipándonos su próximo título.
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