AC/DC «Power up»

Han vuelto, y no lo han hecho por la puerta de atrás, ni arrastrándose. Han regresado de la única manera que saben: a lo grande. ¿Y eso a qué se debe? Pues porque son ellos, los genuinos AC/DC.
Este “Power up” contiene lo que viene siendo la esencia de la banda. Podría ser un resumen estructural de su cimentación musical, aunque a estas alturas no necesitan ni impresionar a nadie, ni llamar la atención. Pues sus seguidores, entre los que me encuentro, no demandamos innovaciones excesivas, ya que ellos fueron los que esculpieron con el cincel de sus canciones nuestra afición al Rock and Roll. Para mí, escribir acerca de este “Power up”, mirando con el rabillo del ojo una cinta de cassette con Angus empuñando su SG (“High voltage”), es algo que me deja tan nostálgico como feliz. Porque el Rock no se muere, ni mucho menos, mientras los australianos sigan haciéndonos mover los pies.
Paso a la escucha, como lo he hecho siempre: leyendo el título de cada corte, a la antigua usanza. El encargado de romper el hielo es “Realize”. Estamos ante una declaración de principios marca de la casa. Un riff muy marcado sobrevuela a lo largo del tema, provocando que por un momento, nos acordemos del juez que mejor dictaminó como debía tocarse un riff en cada escenario y estudio de grabación. Con la venia Mr. Malcolm Young. Le sigue “Rejection”. Un medio tiempo en el que se dejan claras las credenciales del quinteto. Son perros viejos, y por ello, hacen gala de un feeling rockero muy de pub. Ideal para empezar a afilar el taco de billar antes de comenzar la partida.
“Shot in the dark”, ha sido el elegido para primer sencillo. Realmente, puede que sea la mejor carta de presentación para llamar de nuevo a la puerta. Nada novedoso a la vista, pero qué bien y qué fina suena la locomotora. Sencillez y melodía se mezclan con una buena ristra de guitarrazos por aquí y por allá. Podría tutearse sin complejos con aquel “Rock and Roll train” (“Black ice”) de 2008.

 


No nos paramos todavía. Seguimos disfrutando del trayecto que han elegido para llevarnos otra vez al nirvana “rockeril”, sin brindarnos la oportunidad de querer apearnos, nos presentan este “Through the mists of time” que es una delicia. Levantan un poco el pie del acelerador, lo que no hace para calificar esta canción ya de por sí, de maravilla. El juego de voces está muy logrado. Hago hincapié en el tema de vocal y de los coros, puesto que llama mucho la atención a lo largo de este “Power up”. El magnífico solo de Angus lo dota de un saber hacer con sumo gusto. Demuestra que un buen guitarra no es aquel se sólo se hace oír, sino el que sabe hacer enmudecer una nota a tiempo.
“Kick you when you´re down”, es otro medio tiempo vacilón, que camina descalzo sobre el ritmo que le marca el maestro del ritmo: Phil Rudd. Sobresalientes las dos guitarras, que juguetean ambas; demostrando gran oficio a la hora de dibujar arreglos de cum laude.
“Wich´s spell”, es lo que va a acabar convirtiéndose en mi preferida de este disco. Me recuerda a uno de mis temas más apreciados, y a la vez infravalorados. Estoy refiriéndome a “The furor” del álbum “Ballbreaker”. Tema redondo. Rezuma una forma tan sencilla, pero difícil de obrar, que únicamente está al alcance de estos artesanos del Rock. Un detalle: el toque de guitarra es muy “Shake your foundations”, y eso nunca puede ser malo, al contrario, la engrandece más todavía. “Demon fire” prosigue con el festín. A piñón fijo consigue elevar las pulsaciones intermitentemente. Aunque podría pasar un poco desapercibida del resto, tiene ese regusto de la época de Bon Scott, que le añade la pizca necesaria de encanto. Aparece “Wild reputation”, y sin duda, nos muestran la baraja más bluesy de todos los cortes. Muy digno de mención el trabajo vocal de Brian, rayando la perfección dentro de lo que se considera la marca de la casa.
“No man´s land”. La intro hace sospechar que vienen reptando unos acordes alargados de manera sigilosa. Mantiene el equilibrio con el resto. También hace que la escucha no decaiga, pese a que baje un poco el nivel inspirativo a estas alturas. “Systems down” es otra mano de Rock por la cara, rasgando a cada caricia. Destaca sobremanera el estribillo, en el que la voz de Brian se releva con los coros con mucha eficacia.
En “Money shot” puede que el nivel vuelva a descender un poco (algo mínimo). Pero claro, llegados a este punto en el que nos encontramos, ya tenemos más que cubiertas todas las necesidades “ACeDeCiacas” de largo. El objetivo está más que cumplido. Se podría afirmar que es un tema de relleno, pero no… es otra carta; con menos valor que otras, pero que también juega en esta partida. Y el final llega con “Code red”, recuperando el pulso, a la vez que curiosamente, se rebajan las revoluciones del motor. La melodía vocal tiene un fraseo que le imprime más velocidad en su conjunto. Disfrutable.
Y sí… se acabó. Lo normal sería sentir algo de tristeza, pues… no nos engañemos, seguramente estemos ante el canto del cisne de nuestros AC/DC. Pero hasta para eso son especiales. Logrando otra vez el objetivo, al igual que lo vienen haciendo desde un lejano 1986, cuando un servidor estrenaba su docena de años, alucinando con aquel “Who made who” que acababa de salir a la venta hacía días.
Angus, Brian, Phil, Cliff, Stevie… Malcolm (Llamadme iluso, pero quiero seguir creyendo que suena entre estas canciones): Gracias por venir. Se os necesitaba.
For those about to rock. WE SALUTE YOU.

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